Alejandro Solano, cuenta su historia de tránsito hacia su nueva identidad sexual

Transitar a la felicidad

Pie de foto: imagen de Alejandro Solano, trabajador de Capital Salud

“Mientras mis primas jugaban a la cocinita, yo jugaba fútbol y con una resortera” cuenta anecdóticamente Alejandro Solano, un hombre trans de 32 años, que lleva casi dos décadas en su proceso de transformación.

Cualquiera que vea su apariencia ruda y masculina, no sospecharía que Alejandro fue una dulce niña. No le gusta hablar del pasado, pero se llenó de valentía y hoy nos contó su historia.

Recuerda que desde los 5 años ha sentido que está en el cuerpo equivocado. Que al igual que la mayoría de las personas trans, ha recibió maltratos y discriminación. Que, por la incomprensión, dolorosamente dejo a su familia y que, gracias a Dios y a la vida, encontró a una nueva familia en el camino.

Desde los 13 años comenzó su emancipación, en el colegio comenzó a sentirse atraído por una chica, y este fue el detonante para enfrentarse a su realidad: cortó su cabello, se alejó de todo aquello que fuera femenino, y con una simple camiseta, unos jeans masculinos y una faja comenzó su transformación.

“Entré a un trabajo y conocí a una chica trans y ella me habla de las hormonas, así comencé a investigar sobre los efectos de las hormonas. En nuestra comunidad tenemos un gran problema y es que todos iniciamos nuestro tránsito automedicándonos”.

Una mala práctica con la que empezó Alejandro, pero que luego de ser asesorado por médicos y especialistas, ajustó su tratamiento hormonal para comenzar a evidenciar los cambios de su cuerpo: primero fue la voz, luego, comenzó a salirle barba, para ahora, también sufrir de la calvicie que afecta a los que nacieron biológicamente hombres.

Hace cuatro años se sometió a un procedimiento quirúrgico para retirar definitivamente sus glándulas mamarias, una cirugía que le permitió ver en el espejo al Alejandro que siempre quiso ver, el Alejandro que siempre soñó.

Hace un par de años, tras la muerte de su abuelito, tuvo la oportunidad de volver a acercarse a sus seres queridos, principalmente con su abuelita, quien comienza a aceptar su transformación, ella también partió de este mundo, no sin antes propiciar el retorno de Alejandro al corazón de su familia.

“Mi abuelita sana esa fractura y del proceso de sanación ahora somos muy cercanos con mis tíos, con mis primos, para ellos soy Alejandro: el hijo, el sobrino, el primo, etc.”

Una historia plagada de momentos difíciles, de resiliencia, un proceso de tránsito que hubiese sido menos traumático y doloroso, si hubiese contado, desde un principio, con el acompañamiento de su familia.

“Quien no quiere hacer un transito desde el amor, quien no quiere hacer un tránsito acompañado y sin violencia, esto respondería cualquier persona que este en este proceso, todo es más fácil desde el amor” manifiesta emocionado Alejandro.

 

Él, ahora desarrolla actividades como gestor territorial de poblaciones especiales de Capital Salud para la clínica de Género, un novedoso programa de la Secretaría de Salud de Bogotá, en la que la población LGBTIQ+, afiliada a Capital Salud, recibe un acompañamiento médico especializado en el proceso de tránsito a una nueva identidad sexual.

“Hoy los niñas y niños trans han tenido la oportunidad de transitar acompañados, un acompañamiento desde el amor”.

Alejandro agrega que después de auto reconocerse, es muy difícil acordarse de esa cara de niño, de esa persona que no quisieron ser, llega el momento en que esa cara se olvida.

Hoy manifiesta que tiene un trabajo soñado, se siente una persona más segura, que se ve al espejo y se reconoce quien es y por eso trabaja para que otros también transiten y sean, sean felices.

#CapitalSaludTeCuida

 

Mira la Crónica de Alejandro Solano en este enlace: https://www.facebook.com/100069535308731/videos/1551847818716032