Gracias a los médicos, al donante y a la gestión de Capital Salud, David Samudio vivió para contarlo
Recibir un corazón y vivir para cuidarlo
Capital Salud ha realizado más de 38 trasplantes salvando vidas, uniendo familias.
- Gracias a los esfuerzos administrativos, financieros y de salud de la EPS del régimen subsidiado de Bogotá, hoy llegamos al trasplante número 40 salvando la vida de las poblaciones menos favorecidas.
- En Colombia, los costos de un trasplante de órgano y todo el tratamiento que lleva consigo, puede oscilar entre cien a mil millones de pesos, según cada caso.
- “Yo era una de las personas que no creían en la donación de órganos, cuando fui a afiliarme a Capital Salud me preguntaron si estaba dispuesta a donar mis órganos y yo, egoístamente, dije que no, sin prever que la donación iba permitir que mi esposo viviera” reflexiona Gledys Burgos, esposa de David Samudio, receptor de un corazón trasplantado.
Bogotá D.C.; septiembre 29 de 2022. “Gracias a Capital Salud es que estoy vivo. Su rápida intervención permitió que yo fuera trasplantado, ya que es un procedimiento muy costoso, vale mucho dinero, nosotros no teníamos ningún seguro y ellos corrieron con todos los gastos”, cuenta emocionado y con lágrimas en los ojos David Samudio, un hombre de 33 años, habitante de Ciudad Bolívar, quien venía presentado un notorio deterioro de su salud, y que, por una falla cardiaca, requirió de un trasplante de corazón.
Los síntomas de David iniciaron con un fuerte dolor de estómago, que era acompañado por un vómito compulsivo, una fatiga constante y una pérdida de casi la mitad de su peso. Fue tratado inicialmente de la vesícula, pero al ser intervenido quirúrgicamente, sufrió de un infarto pulmonar que afectó severamente su corazón. Por la gravedad de su situación médica, David fue priorizado y puesto en lista de espera para salvar su vida a través de la recepción del corazón de un donante.
Mientras David luchaba por su vida internado en una unidad de cuidado intensivo, afuera y viviendo otro drama, lo esperaban su hijo de 12 años, una hija de crianza y una nueva bebé que estaba por nacer y que tan solo un milagro le permitiría conocer. Su esposa Gledys Paola Burgos se encontraba en el mes 8 de embarazo y él sufría enfermo, por no poder proveer a su familia. Se le pasaba por la mente que sus hijos iban a tener la mala fortuna que tuvo él, ya que perdió a sus padres cuando tenía tan solo 6 años y no toleraba el no saber, cuál sería la suerte de Váleri Sofía, quien se encontraba aún en el vientre de su madre.
Estando hospitalizado David Samudio, recibió el pasado mes de mayo a la media noche, una visita que cambiaría su vida, el médico de turno de la IPS contratada por Capital Salud para su atención, lo despertó: “David, hay un posible donante para usted, está listo para recibir un nuevo corazón”, sin dudarlo él dijo sí. Esa madrugada a las 3:00 a.m. ya estaba en salas de cirugía.
“No hubo tiempo de despedidas, sabía que había una alta posibilidad de morir, solamente pensaba en mi familia”, manifestó Samudio.
Tras una larga y exitosa cirugía que duró alrededor de 5 horas, donde se extrajo el corazón enfermo y se reemplazó por el corazón donado, David volvió a sentir esperanza en su vida, “Dios me concedió el milagro de seguir viviendo” manifestó Samudio, más vivo que nunca. La recuperación fue muy rápida. Casi de inmediato, el paciente volvió a disfrutar de cosas tan sencillas en la vida, como movilizarse, asearse y sentir el latido de su corazón. Ya habían pasado 7 meses desde que inició esta pesadilla para David y su familia.
Durante todo el proceso Capital Salud brindó una atención integral a Samudio que consistió en autorizaciones, medicamentos, exámenes, terapias, consultas, transporte y especialidades médicas necesarias para salvar su vida y lograr su recuperación.
A su salida del hospital todo fue emoción y agradecimiento con Dios y la vida, por fin pudo ver a su chiquita Váleri Sofía, que ya tenía dos meses y a quien recibió con un fuerte abrazo, llorando miró al cielo y prometió a los médicos a su familia y al donante, que cuidaría ese maravilloso corazón recibido que literalmente era el motor de su vida, sus hijos, su esposa y su familia
“Yo era una de las personas que no creían en la donación de órganos, cuando fui a afiliarme a Capital Salud me preguntaron si estaba dispuesta a donar mis órganos y yo, egoístamente, dije que no, sin prever que la donación iba permitir que mi esposo, viviera”, reflexiona Gledys Burgos.